2 feb 2011

Redistribución de la riqueza: a favor y en contra

Uno de los objetivos de política económica de los estados es la redistribución de la riqueza. Desde el punto de vista particular, se puede estar a favor o en contra con distintos e ingeniosos argumentos. Pero ¿cuáles son las medidas (o falta de ellas) que tienden a generar o profundizar la iniquidad entre los distintos estratos de una sociedad y cuales la evitan?
En la Argentina de 2011 lo que en definitiva NO ayuda y provoca un mayor distanciamiento entre los grupos poblacionales con mayores ingresos y los que menos reciben las identificamos en los siguientes ejemplos:

Gas: El consumo de este elemento por por parte de los sectores de menores ingresos se canaliza a través de garrafas (gas envasado) el cual tiene un rendimiento y un precio mayor al que se distribuye en los hogares mas puedientes via red. A esto deben sumarse los frecuentes problemas de escasez que traen aparejados aumentos del precio “de ocasión” de la garrafa, ante la falta de alternativas para cubrir dos necesidades básicas: cocinar y generar calor en épocas gélidas, nada menos.

Telefonía fija y móvil: Primero, las cifras. Según el Indec, el país superó en diciembre las 57 millones de líneas móviles, mientras que las fijas se mantienen estables en 9 millones.
Fuentes de la industria indicaron que la penetración del teléfono celular en sectores más populares es de entre 90% y 99% según la provincia, mientras que la del fijo quedó debajo del 40% (perfil.com).Veo dos situaciones aquí:
1) Los sectores “más populares” usan más celulares, un sector donde no existe competencia, sino un oligopolio, y las subas de precios de una compañía son acompañadas rápidamente por las otras dos prestadoras. Nadie queda en off side. La calidad del servicio, bien gracias.
2) La telefonía fija, si bien tiene menor participación, en amplias zonas del país (especialmente al norte) es monopólica: Telecom y Telefónica son las únicas opciones, aunque no conjuntas.

Internet: Aquí hubo algunos avances que comenzaron a revertir la situación. A los carísimos servicios de internet brindados por proveedores privados, mediante la compra de una antena, pago de conexión y luego mensualidad, les surgió un competidor: empresas con participación estatal ; una opción a bajo costo para el acceso a la web. Además la disponibilidad de conexiones wifi gratuitas en plazas y otros lugares públicos son medidas que democratizan el acceso.

Vemos aquí que un bien básico y dos servicios elementales para determinar la calidad de vida de un pueblo son de difícil acceso para vastos sectores de la población. A esto habría que sumarle el acceso a la cultura en general y a la distribución regresiva provocada por los impuestos al consumo, que serán analizados en otro post.

Sin embargo, los gobiernos tienen las herramientas necesarias para revertir la tendencia apuntada al comienzo del texto. Es necesario, eso si, que la aplicación de las medidas formen parte de una poítica, que se articulen entre ellas y formen parte de un plan integral para redistribuir la riqueza generada. Decisiones aisladas solo contituyen parches temporales y un uso poco eficiente de los recursos.

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