El 16 de febrero de 1835, una partida al mando
del capitán de milicias cordobés Santos Pérez emboscó el carruaje de
Facundo Quiroga en el paraje Barranca Yaco, en el norte de la provincia
de Córdoba. Quiroga se asomó con tono envalentonado (algo que le había dado
buen resultado en las batallas) por la ventana de la galera exclamando «¿Quién
manda a esta partida!»
siendo -como toda respuesta- muerto de un
tiro en un ojo por Santos Pérez. Su cuerpo fue luego tajeado y lanceado, y
todos los demás miembros de la comitiva fueron asesinados también. Entre ellos
se contaba su secretario, el ex gobernador de la provincia de San Luis, José Santos Ortiz y un niño.
A propósito del aniversario de su asesinato, el PROFESOR ARIEL LOPEZ, historiador y
vicepresidente del ATENEO DE ESTUDIOS E
INVESTIGACIONES HISTÓRICAS DEL DPTO. ARAUCO, comparte en nuestro blog un
artículo de su autoría:
Durante gran parte del siglo XIX y
las primeras décadas del siglo XX tanto la figura de Facundo como la del Chacho
Peñaloza fueron consideradas por los “civilizados” como Sarmiento, barbaros,
brutos, ladrones, asesinos, etcétera, y demás calificaciones despectivas para
con nuestros caudillos, Facundo era el
prototipo de un país al que había que civilizar. La historia oficial encabezada
por Mitre, esa historia liberal donde los malos son los del interior y los
buenos son los de Buenos Aires, logró
instalar en la sociedad ese rechazo hacia Facundo y Peñaloza, ¿Cómo? Pues bien,
con burdas mentiras sin fundamentos reales sostenibles; tal es así que sus
contemporáneos los desmintieron en todas partes y los criticaron duramente,
como es el caso de José Hernández y Alberdi en contra de Sarmiento por el
asesinato del Chacho.
La historia oficial usó este método de desprestigio
políticamente y por intereses personales pero eso no les sirvió para que
hombres como David Peña, Octavio Ocampo y
Dardo de la vega Díaz entre otros, reivindicaran a Facundo, basándose en documentos y no en
intereses, dando comienzo al revisionismo histórico.
David Peña en su libro “Juan Facundo Quiroga” saca a luz la
verdadera figura de Facundo refutando a Sarmiento en su falsedad histórica en
el libro “Civilización y barbarie” o “Facundo”; Peña no hace más que hacer
justicia con Facundo y con la Historia.
Octavio Ocampo en su libro también llamado “Juan Facundo
Quiroga”, al igual que Peña, desmiente a Sarmiento sobre Quiroga y lo muestra
tal cual fue: un hombre de prestigio que luchó por el federalismo no solo de la
Rioja sino también el de las provincias del interior. En este libro, Ocampo usa
documentos, cartas y testimonios de hijos de contemporáneos de Facundo demostrando que lo de Sarmiento en
lo Histórico mintió descaradamente con respecto a Facundo.
Cuando Dardo de la Vega Díaz quiso publicar su libro debió
cambiar el título, que se iba a llamar “Mitre contra el Chacho”; los historiadores
oficialistas pusieron el grito en el cielo y no lo aceptaron y lo tituló “Mitre
y el Chacho”.
Hoy sabemos quién fue Facundo Quiroga gracias al revisionismo
histórico y a los hombres que lo difundieron.
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